Quienes practican biodanza se suelen sorprender al comprobar los resultados tan transformadores que obtienen, del crecimiento que experimentan en las distintas facetas de sus vidas. Y más aún, de haberlo conseguido mientras disfrutaban.

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Algunos beneficios:

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- En la relación con uno mismo: Desarrolla capacidades como regulación de las emociones, autoestima, creatividad, proactividad, autoconfianza, optimismo, alegría, concentración y fluidez.

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- En la relación con los demás: Empatía, confianza, respeto, aceptación, feedback, capacidad para poner límites y afrontar los conflictos, asertividad, comunicación, presencia, contacto.

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- En la relación con el todo:  Fortalece el contacto con la naturaleza, la capacidad de percibirse como parte de un todo, ampliación de la conciencia.

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- En lo orgánico: Equilibra el sistema nervioso autónomo (integrando la estimulación del sistema simpático-adrenérgico y parasimpático-colinérgico), favorece la capacidad de relajación, reduce el estrés, fortalece el sistema inmunológico, eleva el humor endógeno (estado de ánimo), activa procesos de reparación celular y regulación global de las funciones biológicas.